viernes, 31 de enero de 2014

La danza de los espíritus




Ilustración: El cielo por el tejado
Son las 23,30h. Mi avioneta se ve claramente bajo la luna redonda, luminosa. Estoy cansada, no es muy tarde pero estoy agotada. Me pongo música, para descansar la vista y ejercitar el oído. María Montessori dijo que la vista es un sentido abusado, demasiado desgastado. Así que daré trabajo al resto de sentidos para que no sientan que los tengo abandonados. Me concentraré tenazmente en todos los demás sentidos olvidados…




Parece que es momento de volar… aunque hoy sólo me apetecen sueños suaves, tranquilos. Dejo pasar el tiempo y compruebo qué sucede en mi cuerpo y en mi espíritu.

Mis dedos siguen tímidos el compás de un ritmo extraño…

Escucho de forma débil un murmullo de baile ancestral. Un ritmo que no sé de dónde viene. Mientras, dentro de mi vientre presiento un volcán, y más allá, esas ganas irracionales de abrazarme a una nube… El ciclo empieza ahora. Todo comienza ahora, y a la vez muere de nuevo. Comienzo a subir despacio, la brisa me da en la cara. Ese dolor que siento… mi cuerpo no consiente que me olvide que está ahí. Reclama mi mirada, mis sentidos entumecidos.
“Vamos a vivir de nuevo, sacúdete en la danza de los espíritus.”
“Ghost dance”, Patti Smith
Es necesario bajar, volar a ras de suelo para oler de aquello de lo que estoy hecha… tierra.
Me encuentro con mis errores, mis miedos, mis temblores… Cuando aparté la mirada, cuando no abrí el camino, cuando arruino las cosechas con mi huracán…


Ilustración: El cielo por el tejado


Como un baile que cada ciclo me va marcando el ritmo. Es el ritmo de mi cuerpo, que me ofrece un tiempo para cada dolor, para cada placer. Un tiempo para hundirme en mis entrañas, tan viscerales, tan llenas de sangre. Como un parto del que no sale otra vida, sino la mía propia… y está ahí cuestionándome, hablándome en su lengua atávica.

¿Eres feliz? ¿dónde has puesto el corazón? ¿tienes miedo de volar? 


Los días de dolor y de pérdida vuelven a mi, los duelos que he pasado, las despedidas, los adioses... el no-parto de mi hijo. Y encaramada a las nubes los dejo ir: pariéndolos sobre los valles, los ríos, las colinas reverdecidas… para que germinen, para que dancen sobre la hierba fresca.
Me dejo mecer por los vaivenes del viento. La música sigue y yo me dejo llevar por el ritmo, es imparable. Es un ritmo natural, que sale de la tierra y llega más allá de las montañas.
No me importa claudicar porque sé que después todo continua. Durante 5 noches, me daré a luz a mi misma. Y agarraré todo eso que también soy yo, mi sangre, lo desesperanzado, los miedos, las flaquezas, lo que necesito y no poseo, la tristeza, la rabia… y lo enterraré. Lo mezclaré con la tierra y en apenas 12 días dará sus frutos y podré volar más alto. Empoderada, llena de vida y llena de lo que soy capaz: mirarme a mi misma y surgir de mis cenizas. Ave Fénix.

“Desempolva las palabras que dieron forma a la historia.
Vamos a vivir de nuevo, vamos a vivir de nuevo…”
“Ghost dance”, Patti Smith


Ilustración: El cielo por el tejado

Esta danza que sube y baja, que altera lo estable que no funcionaba. Un derviche emocionado, bajo la luna de Estambul. Una danza en espiral que a los 12 días me convierta en ser creador. Que puede albergar la vida. Y todo esto ocurrirá cuando la música siga su ritmo y se me vayan los pies bailando… y no lo podré evitar…

Me gusta tanto este ritmo primitivo,
que siempre lo quiero bailar…

…Siempre lo quiero bailar. Sé que es una temeridad, que entran ganas de mirar para otro lado, de tomar una píldora que aparte de mi este cáliz. Es la tentación de negarme a mi misma, es la luna en cuarentena... Me gusta sentirme unida al universo, a las estrellas y a la luna.

“Vamos a vivir de nuevo, sacúdete en la danza de los espíritus.”
“Ghost dance”,
Patti Smith

Me gusta bailar entregada al ritmo que nace en mi interior todos los días del mes. Me gusta ser madre/luna/mujer. Vivir con plenitud lo que nos han enseñado a sufrir como un castigo (casi divino). Soy mujer y puedo sentir en 28 días dolor, placer, ira, felicidad y tristeza. Y siempre sigo siendo la misma. Cada día. Creadora, madre y mujer. Sin alterar el orden, sumando factores.

Es el ritmo de la vida. El milagro de la vida que me da la oportunidad de conocerme y revisarme. Revisar si estoy en la danza que dicta mi propia tierra fértil. Esta noche me guiaré por la luna y aprenderé a volar bajito, pegada a  la tierra para aspirar su aroma

Me gusta tanto este ritmo primitivo
que siempre lo quiero bailar…


Felices sueños al ritmo…
…de mi avioneta a ras de tierra…


Para danzar bajo la luna...
Una canción: "Ghost dance" de Patty Smith. La letra traducida aquí.
Una artista visual: Eulalia Valdosera en dos documentales: Creadores y Metrópolis
Un libro: “Filosofía y poesía” María Zambrano

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2 comentarios:

  1. Ser madre/luna/mujer, es una forma preciosa de explicarlo!!! el ciclo de la vida es maravilloso.
    Bs

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    1. Pues si, y cuanto he tardado en descubrirlo! pero más vale tarde que nunca ;). Gracias y un beso Maribel!

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